Poemas de J.M. Mila de la Roca Díaz (1885 – 1911)
Marco
Tulio Badaracco publicó la antología poética titulada “Fuego de Blanca Luz” en
donde compiló una colección de textos hacia cuyo conjunto el periodista, ya de
tantos años, dirigía la atención de comprobar que la ciudad de Cumaná contaba
con excepcionales poetas, y que en muchos casos, a estos opimos sabedores no se
les hizo el merecido reconocimiento de su labor creadora porque sus textos se
perdieron en versos dispersos, en los labios de la tradición oral (no siempre
comprobable su veracidad) o en papeles viejos y casi inencontrables; muchos de
estos aportes sin fuentes bibliográficas, sin archivos defendidos de
terremotos, comejenes e indolencias que finalmente lograron salvarse y reunirse
hasta alcanzar fisonomía editorial y gráfica.
Uno de
estos textos salvados fueron los dos poemas de J.M. Mila de la Roca Díaz, de
quien sabemos que publicó la primera novela cumanesa titulada “Lalita”
La luz más bella
Conversaban
de luces y colores
en animada charla
en el
estudio del pintor reunidos
los cuatro camaradas.
Rafael,
el pintor, mostrando un lienzo
copia de una alborada,
¡Amigos!
Exclamó no hay luz tan bella
como la luz del alba.
― Una
hay más bella aun y es la del rayo
que a los tiranos mata,
Afirmó
Luis, severo demagogo
de alma cantoniana.
― ¡No!
Es la luz de las armas que fulguraban
tronando en la batalla ―
Dijo
Alejandro, juvenil guerrero,
Paladín de la Patria.
―
¡Tontos! murmuró Félix, el poeta
de soñadora alma…
¿La más
bella? es la luz de las pupilas
de la mujer amada…
Perla Negra
Y el poeta, el que fue predestinado
a buscar
en el alma del suicida
la
redención suprema de la vida,
frente
al mundo exclamó desesperado:
¿Quién me comprende?, ¡nadie! Al
rostro mío
todos
fijan la vista indiferente,
y como
yo sonrío,
nadie
alcanza a mirar bajo esa calma
lo que
mi alma siente,
lo que
me mata el alma…
Si en medio de la noche misteriosa
una
lágrima brota temblorosa
quemando
como fuego mi pupila,
¿quién
la ve?, nadie, nadie… La almohada
la recibe
tranquila,
la
absorbe lentamente… poco a poco…
ella, mi
buena amiga, acostumbrada
a
devorar mi llanto, ella tampoco, tampoco dice nada.
Bibliografía:
Badaracco,
Marco Tulio (1967) Fuego de Blanca Luz.
Antología poética de Cumaná. EUDORIENTE / Editorial Universitaria de
Oriente: Cumaná.
