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2018

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Alejandro Moreno y la pasión musical

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Rubi Guerra


José Alejandro Moreno, más conocido simplemente como Alejandro Moreno, y también como el Cumanés, es un hombre alegre. La risa brota espontáneamente en él y es una risa contagiosa. Tiene el mismo feeling que despliega en el escenario.

Nació en Caracas el 9 de diciembre de 1972, pero vive en Cumaná desde que tiene un año. En nuestra ciudad estudió en la Escuela Andrés Eloy Blanco y en los liceos José Antonio Ramos Sucre y Antonio José de Sucre.

Regresó a Caracas a los 18 años a estudiar la Licenciatura en Letras en la Universidad Católica Andrés Bello, pero culminó sus estudios en la Universidad Central de Venezuela. Desde que estaba en tercer año de su carrera universitaria empezó a dar clases de castellano y literatura en diversas instituciones.

Como lector, profesor, autor de libros infantiles y editor, siente que la literatura es una pasión, pero también que ha estado ligado desde siempre a la música. Estuvo en un kínder musical y participó en la  coral infantil “Mis primeras Notas”. Y luego a los 14 años formó parte del Núcleo Cumaná del Sistema de Orquestas Juveniles. Su instrumento era el oboe. Sin embargo, no pudo continuar su formación porque el profesor abandonó la ciudad y Alejandro reconoce que se desmotivó, aunque mucho le sirvieron las clases de teoría y solfeo. En definitiva, estuvo poco tiempo en el Sistema de Orquestas, aunque fue un momento importante en su formación.

Una primera audición

“Siempre tenía hambre de estar en un grupo musical. Era una especie de vicio”, dice riendo. Y fue en Puerto La Cruz, mientras ejercía su profesión de docente, cuando apareció la primera oportunidad de cumplir con el “vicio”. Un amigo que conocía su ambición le comentó que un grupo musical de la ciudad estaba buscando un cantante y él fue a la audición; pero como suele pasar en esas primeras experiencias, no sucedió nada. Nunca lo llamaron. Pero algo sí había sucedido: se rompió esa especie de muralla que separa a mucha gente de sus sueños. Ahora sabía que lo volvería a intentar cuando se presentara la oportunidad. Y ésta se presentó poco después. “Una tarde, saliendo del colegio donde trabajaba, me consigo a Carlos Flores, que era el músico ante el que había audicionado  y me llevó a entrevistarme con un señor mayor en un restaurant español. “¿Puedes cantar aquí conmigo?”, me preguntó. Yo le dije que sí y así entré a formar parte de “Henry y su Banda”, un grupo que tocaba en fiestas y restaurantes”.

Poco después se marchó a Caracas, pero “después de esta experiencia ya tenía el gusanito”.
Se fue “a la buena de Dios”, como se dice comúnmente para indicar algo que se hace sin un plan claro ni expectativas muy provechosas; con la suerte de que comenzó a trabajar como editor de libros infantiles en la Editorial El Perro y la Rana, recién creada en ese año de 2006. Era el trabajo ideal para alguien con su formación  y sus inquietudes literarias. “Me gustaba mucho el trabajo, pero mi objetivo principal seguía siendo la música”.

De la mano de Héctor

La nueva oportunidad se presentó en el 2007 en uno de los locales más célebres de la movida musical caraqueña: “El Maní es Así”, un viejo bar de tangos que en el año 1989 se transformó en una especie de templó de la salsa. Allí se realizó un homenaje a Héctor Lavoe (y vale señalar que la tesis de grado de Moreno fue un guion cinematográfico sobre la vida del cantante portorriqueño) y Alejandro tuvo la fortuna de cantar algunas canciones acompañado de una pista. Su actuación entusiasmó al público. Tanto que “al terminar y pasar junto a la barra me felicitó Carlín Rodríguez, una institución en el mundo de la salsa, miembro del Trabuco Venezolano y de muchas otras agrupaciones importantes en el mundo de la salsa internacional. Me emocionó eso. Luego la señora Perla, la dueña del Maní, me preguntó si quería alternar con los cantantes habituales del local”.

Todavía Alejandro Moreno canta en “El Maní es Así”, pero ahora con el grupo Melaza, fundado por Román Requena en 2009. El 26 de agosto de ese año debutaron en el local ya mencionado y fue una primera presentación “mágica, con bastante gente y buena vibra. A la gente le gustó mucho el grupo”. En los ocho años transcurridos desde ese momento, la agrupación, que se ha presentado en muchos escenarios del área metropolitana de Caracas, se ha consolidado, escribiendo sus propios temas y preparándose para darse a conocer a través de internet y las redes sociales. Y aunque Alejandro afirma que a Melaza le ha faltado promoción, “más músculo”, pero por otro lado acaban de grabar 11 temas bajo el título “Melaza: cadencia y sabor. “, con los que esperan dar a conocer más a la agrupación.  Nueve de esos temas son originales y Alejandro Moreno ha participado en la composición de varios.

Más feeling

Mientras su trabajo en “Melaza” está centrado en la salsa y el son, Alejandro Moreno ha explorado otros ritmos con una nueva agrupación: “Feeling Caribe”, un colectivo musical del que también es cantante, y que presenta un registro musical más amplio que el de “Melaza”, ya que “podemos tocar salsa, boleros, música venezolana, baladas, y hasta Juan Gabriel.” Para él, participar en esta agrupación le permite cubrir necesidades musicales que con “Melaza” no puede resolver. “Feeling Caribe”, afirma, “es un poco más libre; como es un grupo más pequeño, podemos acercarnos a propuestas más personales”.

Alejandro Moreno vuelve a Cumaná cada vez que tiene vacaciones; en nuestra ciudad tiene a su madre y su hermana, muchos amigos e infinitos recuerdos. Un par de veces se ha presentado en escenarios cumaneses como artista invitado; continúa trabajando en El Perro y la Rana donde despliega una intensa actividad como editor (uno de sus trabajos más recientes es un libro sobre “Serenata Guayanesa”). Por el momento, su pasión musical, “el gusanto”, “el vicio”, encuentra cauce con las dos agrupaciones caraqueñas mencionadas.