Luis Mariano Rivera, un forjador de memoria
La tradición artística del estado Sucre, la que
representan sus cultores populares, ocupa un importante lugar en nuestro país
por su variedad, calidad y riqueza. Cantores, poetas, compositores y
folkloristas dan cuenta de la intensa gama cultural que encontramos en todo el
oriente venezolano. Un ejemplo de estos valores, de esa raigambre a la naturaleza
entera del hombre y su contorno, es la figura
y la obra de Luis Mariano Rivera. Este noble artista nace en Canchunchú,
Carúpano, en 19 de agosto de 1906. Es conocido regional y nacionalmente como
músico y poeta, teniendo su obra una amplia difusión dentro y fuera del país.
Alternó siempre su amor por la agricultura con sus
actividades artísticas de canto y composición. Se ha destacado como fundador y
organizador de grupos musicales que interpretan música navideña y de aquellos
que representan piezas teatrales, fruto de su imaginación, en las que se
reflejan las experiencias de la vida del campo. Sus composiciones han sido
interpretadas por cantantes y agrupaciones nacionales e internacionales, tales
como Morella Muñoz, Jesús Sevillano, Rafael Montaño, Magdalena Sánchez, el Quinteto
Contrapunto y muy especialmente Gualberto Ibarreto. Entre sus numerosas
canciones destacan “La Guácara”, “Canchunchú Florido”, “Tucusito”, “Cerezal”,
“Juana Francisca”, “Cundeamor”, “Guadalupe”, entre otras. Su obra es recopilada
por la Cátedra “Pío Tamayo” de la Universidad Central de Venezuela y en 1991
recibe el Premio Nacional de Cultura Popular “Aquiles Nazoa”. Ha sido siempre
un luchador por la identidad cultural de nuestro pueblo, un defensor de las
costumbres del pasado, un forjador de memoria y, por encima de todo, un
auténtico creador de sentimiento y mundo, de naturaleza y alma.
Luis
Mariano Rivera murió el 5 de marzo del 2002, dos años después de publicada la
nota anterior.
Fuente: Cuadernos
del Patrimonio Cultural. Sucre. Instituto del Patrimonio Cultural. Caracas.
2000.
