José Malavé nació en Cumaná el
12 de octubre de 1958. Es Licenciado en Educación, mención Castellano y
Literatura, y magister en Literatura Venezolana. Se desempeña como profesor de
la Universidad de Oriente en el núcleo de Cumaná. Su primer libro fue Breviario de sombras, publicado por la
Casa Ramos Sucre en 1990.
-¿Recuerdas cuándo comenzaste
a escribir? ¿Recuerdas las circunstancias, o el impulso, que te llevó a ello?
Tuve mis primeros intentos de
escritura creativa en los últimos años de mi bachillerato, como a la edad de
16-17 años aproximadamente. Creo que el impulso inicial lo dio la misma inquietud
juvenil, el contacto con un mundo más libre y rebelde, y, a la vez, de mayor tensión.
-¿Qué autores estabas leyendo
en ese momento? ¿Qué autores importantes se han agregado en los años siguientes
que sean significativos para ti?
Si mal no recuerdo, como
muchos otros de mi edad, a Hesse, Whitman, Baudelaire, Rimbaud, Nietzsche… De
los autores agregados luego y que tienen un particular valor para mí, la lista
es un poco larga; podría destacar a Leopardi, Borges, Woolf, Huxley, Yourcenar,
Durrell, Calvino (en narrativa), Foucault, Zambrano, Deleuze, López Pedraza (en
filosofía y psicología); en poesía, Eliot, Cavafis, Rilke, Pavese, Paz, E. de
Andrade, Ramos Rosa, Jabés, Ungaretti, Ponge, Valente (extranjeros), y los
venezolanos Ramos Sucre, Cadenas, Montejo, Silva Estrada, A. Palacios, Ossott,
A. Rojas Guardia…
-¿Qué importancia le concedes
al lenguaje en tu trabajo literario?
El lenguaje es la materia primordial de la
literatura, pero también su ánima; de modo que para mí llegó a ser, con el paso
del tiempo, el fundamento mismo de lo que hago, y en esa medida, a la par, mi
posibilidad y mi impedimento. No es una relación fácil; su asunción ha sido y
es un reto y compromiso arduo en mi trabajo creativo.
-¿Con qué autores,
contemporáneos o no, crees que dialoga tu literatura?
Ese diálogo es difícil y
lábil. Uno puede notar influencias o interacciones, o creer o querer dialogar
con ciertos autores, pero de allí que sea cierto o logrado…; en definitiva,
será el lector (crítico) quien pueda ser más certero. Nombré arriba a algunos; entre
los venezolanos: Cadenas, Silva Estrada, Montejo, Rojas Guardia…; entre los
“extranjeros”: Rilke, Cavafis, Juarroz…
-¿Percibes alguna
transformación entre lo que querías escribir cuando comenzaste y lo que
escribes actualmente?
Creo que en toda escritura
literaria se producen modificaciones a lo largo de su decurso. En mi caso, sí
he advertido algunos cambios; sin embargo, no sé si se perciban o consigan del
todo. Algunos han intentado ser sustanciales. Los indicaría así: una búsqueda
hacia un lenguaje lo más despojado de ornamentos, próximo a la prosa, que se avenga
con lo cotidiano y pequeño.
27
de noviembre
Hoy
he recorrido
tu
piedra socavada
tu
asfalto hundido
He
olido tus impurezas
y
tocado tu cuerpo
caliente
y lacerado
y
te he desconocido
Te
he negado
tres
o más veces
ciudad
mía
Mas
el río
con
su lerda paciencia
me
ha devuelto
tu
hondura borrada
Calles
de amaneceres
colmados
de hogares de pan y jazmín
Casas
tomadas
por
el sopor y el ocaso
Tierra
entregada
a las
lunas insomnes
y
a estrellas silenciosas
Quisiera
renovar
mi
alianza contigo
ciudad
mía